Una noche triste y sin matices de nada, música sonando de fondo, entre la soledad de la habitación.
Hay personas en la vida que tienen pocos momentos como este, yo sin embargo, los tengo cada anochecer, no sé porque, es una forma de encontrarme a mi mismo, o quizás es una forma de huir de la realidad.
Hay que aceptar lo que es evidente, y evidente es que evadiéndome en mi mente, y encerrándome dentro de mi mismo, no conseguiré sacar cabeza, pero este triste sentimiento que no me deja vivir, esta soledad que me rodea, ver como la gente que había a mi alrededor desaparece, y se desvanecen, ver que cambian, y que su cambio ya no tiene que ver con lo que queda de nuestra amistad, ver que ese amigo en forma de hoja en el árbol de nuestra vida, se sumerge en el aire y desaparece a ras de suelo, es triste.
Es triste saber que con el paso del tiempo uno no cambia, que sigue pensando en lo mismo, en la misma ilusión que empezó todo, la ilusión de verte feliz con alguien ,con una chica/o, pero el resultado es siempre el mismo, terminas desamparado entre engaños y mentiras, te derrumbas entre fracasos y derrotas, y eso a veces puede contigo, ¿Cómo levantar cabeza? En mi caso prefiero esconderla, e intentar evitar otra caída más, una derrota más en mi vida.
De ilusiones se alimenta el alma, de ilusiones creamos nuestros sueños, la ilusión de ser felices, de mirar a nuestro lado y ver esa persona ahí, pensando en ti, apoyándote, animándote, dándote cariño, pasión, enseñándote los motivos por los que te puedes sentir vivo, por apoyo, amor… eso es algo difícil de encontrar hoy en día.
La gente vive del día a día, sin pensar en lo que realmente tienen de frente, sin ver más haya de lo que tienes, nos fijamos en una mirada, en una expresión y a partir de ahí implantamos nuestro modelo ideal, una persona capaz de hacernos feliz y darnos ese amor que a veces casi todos necesitamos, mi fallo particularmente es pensar que todas las chicas que me gustan son buenas, quizás es un error por mi parte, no creo que sea nada malo querer compartir un momento de felicidad con alguien, dar los detalles más preciados que imaginamos en la intimidad de nosotros mismo, compartir una sonrisa, una rosa, la brisa del aire, de las olas de mar, una caricia, un beso, un regalo, unas palabras románticas…
Quizás no me he dado cuenta y esto es un pecado que esta castigado con la soledad y el desamor de los demás, pienso que nunca hay que desear a los demás lo que no quieres para ti, y menos darlo, pero sin embargo la gente que se han cruzado en mi vida lo hacen, te dan la ilusión para después quitártela, pero creo que hay más personas como yo, aunque quizás yo no lo sepa.
No busco el amor de mi vida, ninguna princesa, ni mi otra mitad, esos pensamientos los deje atrás en la adolescencia, tan solo busco lo que yo he dado a rienda ciega a los demás, cariño, amistad, amor, pasión, un poco de romanticismo creando algunos momentos únicos, ¿Por cuánto tiempo quiero esto? Por el tiempo que se disfrute y vaya bien, quizás por toda una vida, o tan solo hasta mañana, pero que con el tiempo, si se dejo atrás, sea un recuerdo agradable y caluroso de recordar, tan solo eso, pero la esperanza de encontrar algo así, como ya digo ya desaparecen.
Quizás el día que se me cruce de frente algo así, no sepa cogerlo como se merece, y lo termine despreciando por temor a que pase lo mismo otra vez, por temor al abrir de los ojos en otra realidad, cuesta mucho seguir tu vida con este pensamiento, cuesta tener momentos melancólicos cuando llega la noche, y pensar en eso que se perdió, intentando buscar un fallo, un error, intentando de dar sentido a ese mal sabor de boca que me dejo, pero después de cada pensamiento, de cada sentimiento, me doy cuenta de que no tiene más sentido que el que no encuentro, carece de sentido.
Así se presenta la mala fortuna, sin explicaciones, no logro entender porque nada sale bien, quizás no miro en el lado correcto o posiblemente no tomo las decisiones más oportunas, un poco de todo al libre albedrío, la vida es algo injusta y dura a veces, pero no se puede hacer nada, más que seguir viviendo, pero de verdad que cuesta de todo corazón, a veces no puedo seguir así, con la misma rutina viendo que no salgo de donde estoy, nunca me plantee estar así a estas alturas, pero aquí estoy, y nada me gusta estar así, no sé ya que hacer, ya no sé a donde ir...